Análisis de la Atención a la dependencia en una crisis civilizatoria.

Compartimos el artículo expuesto y publicado en el Congreso de la Universidad de Oviedo "CABISE 2014: Revaluando el Estado de Bienestar en el sur de Europa" y publicado en la revista Margen, revista digital de Trabajo Social y Ciencias Sociales (Revista Margen Nº 75, diciembre de 2014).







Maite


"Estos son tiempos de uniformidad obligatoria en todo. Nunca el mundo ha sido tan desigual en brindar oportunidades y tan parejo en los hábitos que impone".
Eduardo Galeano.




Oriunda de un pequeño pueblo de la costa lucense, pasé mis primeros años como cualquier otra niña, inmersa en mi pequeño mundo donde haces lo que se espera, sin mayor motivación o participación por mi parte. A los quince años, estudiando bachiller en Lugo, decidí que quería estudiar derecho, dedicando los siguientes años a ese fin.
Ya en la facultad, de la Universidad de Santiago de Compostela, y gracias a inestimables y muy queridas compañías, que a día de hoy todavía conservo, me involucré en el programa de voluntariado de la USC. En un principio con pequeñas participaciones en distintas campañas solidarias para terminar desarrollando una colaboración que marcó mi devenir, en el ámbito de la violencia de género, pudiendo colaborar directamente con mujeres víctimas de maltrato y sus hijas e hijos.
A lo largo de la carrera, fui teniendo claro que lo que más me motivaba era el Derecho de Familia, razón por la cual decidí formarme en este campo, realizando el Curso Superior de Derecho de Familia, para luego hacer un Curso de Experto en Derecho de Sucesiones y finalmente la formación de Especialista Universitaria en Mediación Familiar, todo ello en la USC.
La formación en mediación abrió para mí un campo totalmente desconocido, no tanto por conocimientos sino por el hecho de descubrir otra forma de trabajar, de interactuar con las personas, lejos del formalismo imperante en el mundo del derecho.
Comencé mi etapa profesional en el ámbito del asesoramiento de empresas para continuar con mi verdadera vocación que no es otra que la práctica de la abogacía. A través de esta experiencia que ha ocupado los últimos nueve años de mi vida, he podido comprobar en numerosas ocasiones que la actuación de la justicia discurre alejada de las necesidades reales de los y las justiciables en los procesos de familia, pues si bien sí da soluciones prácticas, abandona a su suerte a las personas usuarias en cuanto a sus intereses personales y emocionales, tan fundamentales en este campo, lo que redunda muchas veces en el enconamiento del problema que se enzarza en números litigios judiciales.
Partiendo de esta idea, con el bagaje adquirido a lo largo de los años, tanto personal como profesional y con la inestimable y vital influencia de mis compañeras de viaje, es por lo que he decidido abandonar mi espacio de confort e involucrarme en este nuevo proyecto que supone la Asociación de Mujeres IdeAndo. Un espacio personal, creado por (y para) nosotras y para todo aquel y aquella que quiera participar de él, en el que, con la mayor modestia posible y con las mayores ganas, pretendemos contribuir a un cambio en positivo de la sociedad en la que estamos inmersas, pudiendo desarrollar la labor que nos apasiona de distinta manera a la institucionalizada, anteponiendo las personas a las formas.

Grete

Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo." 
Eduardo Galeano

"No es saludable estar bien adaptado en una sociedad profundamente enferma". 
Jiddu Krishnamurti



Nací en un pueblo muy pequeño, rural, de la mariña lucense, que a pesar de ser mi pueblo, el pueblo de mis padres, de mi familia,... no encierra grandes recuerdos. Tuve una escolarización de lo más normal, muy ajena a mi persona, estudiaba lo que tocaba cuando tocaba. En esta rutina normalizada con poco glamour no recuerdo si de pequeña quería ser algo, supongo que lo que la mayoría de niñas a esa edad, monja o maestra. Por suerte para mí eso cambió y a los 18 años descubrí, así, sin más, que a diferencia de un número importante de compañeras que estudiaron enfermería, yo quería estudiar trabajo social.
Estando en Santiago de Compostela, en la escuela universitaria, que estaba situada en San Martín Pinario, justo al lado de la Catedral, por lo que ya os podréis imaginar que lujazo ir a clase, esos paseos con lluvia constante, con la música de fondo, el camino empedrado,..., son inolvidables, recuerdo, con nitidez, como un chaval cruzó el pasillo de madera de la galería para colgar en el corcho un cartel informativo de la licenciatura de sociología. Me acerqué a leerlo y lo supe, esa sería mi siguiente parada.
No os voy a mentir, si bien lo que estudiaba me gustaba, nunca pensé que viviría de eso, pero me equivoqué, y al poco de salir de la facultad tuve la oportunidad de continuar mi aprendizaje, combinando el hacer con la formación. Llevo 14 años trabajando en el ámbito de los servicios sociales, en un primer momento como socióloga en un Ayuntamiento y posteriormente en los servicios sociales especializados, primero como educadora en el Centro de Responsabilidad Penal de Menores de Asturias y desde hace seis años, como Trabajadora Social, en un Equipo de Servicios Sociales Territorial de Área. Paralelamente, como decía, durante estos años participé en distinta formación: en el 2002 realicé un Máster Universitario en “Planificación, Gestión y Evaluación de programas de formación para el trabajo y el desarrollo comunitario” en la Universidad de Santiago de Compostela; en el 2006 participé en el programa de Doctorado “Análisis e intervención socioeducativa: Nuevos Escenarios” del Departamento de Ciencias de la Educación de la Facultad de Ciencias de la Educación de Oviedo y en el 2012 cursé, en esta misma Facultad, un Máster en “Intervención e Investigación Educativa”; además de actividades formativas relacionadas con la gestión de conflictos, la intervención comunitaria, la orientación familiar,..., siendo estos campos los que me resultan más interesantes.
Todo lo anterior, unido a que por el camino encuentras, te cruzas, conoces, ... a personas que piensan, son y sienten de forma diferente, y el paso del tiempo te permite constatar que ese “estar” encierra un valor, hace que hoy y ahora esté escribiendo estas líneas para presentarme al ser una de los miembros de la Asociación de Mujeres IdeAndo.

Cris


“Si no sabes en qué consiste el aprendizaje y cómo se produce, tienes las mismas posibilidades de favorecerlo que de obstaculizarlo”
Guy Claxton


“Los niños y los locos dicen la verdad. Por eso se han inventado las escuelas y los manicomios”
Ivan Illich




Nací y crecí en Avilés, pequeña ciudad con la que me siento identificada. 
Estudié en un colegio concertado y religioso al que odiaba ir.
Afortunadamente estudié la carrera de pedagogía donde algunos profesores y profesoras y algunos más compañeros y compañeras me descubrieron que había otra forma de ver y estar en el mundo.
Empecé a trabajar en 1º de pedagogía y a partir de ahí... recepcionista, monitora de ocio y tiempo libre, dependienta, guía turística, vendedora de tickets, acompañante de transporte escolar, intento de camarera, cuidadora, auxiliar de educadora, técnica en intervención psicosocial,...
Continué estudiando psicopedagogía y formándome según las circunstancias de cada momento: me interesé por la gestión de conflictos gracias a un taller de Paco Cascón y Carles Vidal; por el feminismo, la igualdad y la educación afectivo sexual gracias a diferentes actividades con movimientos juveniles, y en diferentes terapias alternativas; al ir cambiando la visión de una persona cosificada a una visión holística; como meditación, shiatsu, Ito Thermi, Reiki, masaje craneal hindú, etc...
En  2009 realicé un curso de cooperación al desarrollo sobre el terreno en Guatemala y El Salvador con ACPP, en el que además de introducirme en el mundo de la cooperación al desarrollo continué reflexionando sobre feminismos, participación social, educación popular y un poco de ecología.
En 2012-2013, hice probablemente el curso más interesante de toda mi vida: “Educación emancipadora, acción y transformación social”, con Hegoa. Aquí aprendí este nuevo concepto y también comprendí que estamos viviendo una crisis civilizatoria y una crisis de los cuidados y todo lo que implica.
Trabajé durante seis años como pedagoga en el ámbito de bienestar social donde gracias a la combinación de formación y práctica amplié conocimientos sobre: planificación y evaluación de proyectos, inclusión, envejecimiento activo, orientación familiar e intervención comunitaria.
En 2013 dí el salto a educación, y en la actualidad trabajo como orientadora donde acabo de descubrir mi próximo reto en mi formación, el modelo humanista estratégico y la teoría PASS.

Este camino, con sus pasajes bonitos y feos, con sus paradas, sus impulsos, sus acompañantes, sus extravíos,... me ha llevado al momento actual en el que me sumo al proyecto de IdeAndo, con la finalidad de hacer las cosas a nuestra manera, de hacer las cosas creyendo en ellas y con el único propósito de aprender y compartir.

La asociación y sus fines

IdeAndo es una asociación de mujeres sin ánimo de lucro. 
Es un proyecto generador de proyectos. 
Es la plataforma donde volcamos todas nuestras ganas de hacer cosas, el sueño de hacerlas a nuestra manera, de aprender y compartir este aprendizaje y de disfrutar de nuestro trabajo.

Hemos intentado concretar los fines de la asociación de la siguiente manera:
1.    Aprovechar el conocimiento que se genera a través de la práctica diaria mediante un proceso de investigación - acción.
2.  Crear mecanismos y espacios para compartir el saber profesional.
3. Desarrollar actuaciones formativas cuyo fin sea el aprendizaje en sí mismo.
4. Buscar y desarrollar formas de unir formación y práctica profesional.
5.  Investigar, implantar y desarrollar actuaciones desde los enfoques de la intervención comunitaria, la educación emancipadora, el trabajo centrado en la persona y la investigación-acción-participativa (IAP).
6. Divulgar y promocionar la mediación así como la investigación y estudios de este ámbito.
7.  Promover la utilización de la mediación como medio apropiado de gestión de conflictos.
8. Desarrollar un trabajo transdisciplinar, investigando sus debilidades y fortalezas y, generando principios y métodos para su implantación y expansión.

9. Incorporar las buenas prácticas a nuestro trabajo diario, así como desarrollar actuaciones que favorezcan su difusión y extensión.

Lo que mejor nos define es nuestro ideario

HISTORIA DE LAS TRES REJAS:
El joven discípulo de un filósofo sabio llega a su casa y le dice:
-Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia...
-¡Espera! -lo interrumpe el filósofo-. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas? -preguntó su discípulo.
-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario...
-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.
-Entonces... -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido.
FIN
Nuestro ideario es como nuestras rejas, por las que tendrá que pasar cualquier actuación o proyecto.
Ideario de IdeAndo
1.    Avanzar hacia la igualdad entre los sexos
En cada actuación es necesario hacer un análisis y garantizar que su impacto será positivo en términos de igualdad social entre hombres y mujeres. Entendemos que en una sociedad desarrollada debemos dejar de reproducir estructuras sexistas y avanzar hacia la igualdad real.
2.  Contribuir al desarrollo de una sociedad más equitativa.
Nuestras actuaciones intentarán dar respuesta a las singularidades de los diferentes grupos o colectivos con los que trabajemos, con el objetivo de mitigar desventajas, o desarrollar ventajas, sean estas diferencias del tipo social, económico, sexual, de capacidad,...
3. Los cuidados como centro de la organización social.
La sociedad actual, fruto de una cultura patriarcal y machista, persigue la autosuficiencia como objetivo existencial y ha heredado un concepto de trabajo donde sólo se tiene en cuenta las actividades productivas y rentables económicamente.
Sin embargo, los seres humanos somos vulnerables e interdependientes: sin cuidados no hay vida. Las tareas de los cuidados, tradicionalmente ejercidas por las mujeres, se han infravalorado e invisibilizado.
Entendemos que nuestras actuaciones deben contribuir a la revalorización de estos trabajos y a construir una organización social coherente con este principio, es decir, con una responsabilidad colectiva.
4. El aprendizaje es un fin en sí mismo
Entendemos que cualquier actividad formativa tiene valor por el aprendizaje en sí mismo.
No compartimos la tendencia de acumular títulos. Esta dinámica coloca el valor en el título y no en el aprendizaje y fomenta prácticas que no podemos considerar formativas, más bien, pasar por cursos y actividades formativas sin importar la calidad de las mimas y con el mínimo esfuerzo con el único fin de conseguir un papel más.
Además, consideramos que un profesional con formación de base en un campo, no debería de necesitar realizar un curso para cada técnica, modelo, enfoque, etc. Esta tendencia a hacer cursos para todo, creemos que no es más que el consumismo aplicado al sector de la formación y que resta valor a los estudios de base.
5.  El conocimiento debe difundirse/compartirse
Entendemos que el conocimiento debe difundirse y compartirse y por lo tanto estamos en contra de la rentabilidad absurda del conocimiento. La práctica profesional debería aprovecharse colectivamente y no sólo individualmente. El proceso que desarrolla una persona y el aprendizaje que genera debería de servir también a otras. Creemos que las buenas prácticas hay que difundirlas y copiarlas y por lo tanto, no compartimos la obsesión por adueñarse de ellas.
Pensamos que la formación es fundamentalmente un proceso colectivo. Evidentemente hay personas expertas en temas concretos que enseñan sobre sus parcelas de conocimiento, pero creemos que es mucho más enriquecedora, real, práctica, productiva, eficaz y valiosa la formación colectiva, es decir, que un grupo de personas con un interés común desarrollen un proceso de aprendizaje en el que se vaya construyendo el conocimiento a través de la exposición, reflexión, crítica y deconstrucción de textos.
6. Fomentar la participación
Entendemos que la mayoría de las actuaciones deben desarrollarse fomentando la participación de las personas implicadas. Consideramos imprescindible diferenciar entre estados como el asistir y, el estar a otros como es el participar. Tomando como referencia la tipología de la escalera de la participación de Roger Hart, estaríamos hablando de participación a partir del 4º nivel.
Imagen obtenida en https://verderojonaranja.wordpress.com/2011/05/31/escalera-de-la-participacion/
7.  Sistematización de la práctica
Entendemos que en el campo de lo educativo y lo social, ese proceso práctico y teórico por el que construimos y revalorizamos conocimiento surgido de la reflexión y la investigación de las experiencias de nuestra propia práctica profesional, es un medio fundamental para generar conocimiento.
En términos generales (se puede concretar de diferentes formas según el enfoque) consideramos que la práctica profesional debe ser planificada y evaluada, no puede consistir únicamente en acción.
El método científico es un medio válido para la obtención de conocimiento pero nos oponemos a que se imponga como único.
8. Centrarnos en el proceso y no en el producto
Entendemos que en cualquier actuación, lo importante es el proceso y no el producto.
Observamos que en muchas ocasiones nos dejamos llevar por lo bonito que es un producto y por las prisas por llegar a él, cuando en realidad lo importante no es el resultado, sino el camino para llegar a él. Por ejemplo, un proceso de participación social puede culminar con la creación de un órgano institucional, en ocasiones se reproduce esta experiencia, pero empezando la casa por el tejado y creando un órgano de participación en una comunidad que no ha desarrollado un proceso, y por lo tanto, no siente ese mecanismo como suyo, no está capacitada para participar, etc.
9. Las acciones han de resultar emancipadoras y aptas para el buen vivir.
Entendemos que esto se producirá cuando las acciones nos permitan ser sabedoras de que nos estamos construyendo como sujetos y como personas con autonomía. Personas capaces de analizar y comprender la realidad -su contexto local y también global-. Para ello, las propuestas deben invitar a romper de raíz con conceptos asumidos como indiscutibles.
El objetivo último va más allá de la actividad en sí; el objetivo último debe ser fomentar la cooperación, el diálogo, la autonomía de las partes, la mediación, la búsqueda del consenso. Las actuaciones deben generar sinergias mediante la implicación y la participación de todas las partes. En definitiva, empoderar a las personas para que sean protagonistas del cambio social.